martes, 21 de febrero de 2012

Alfombra Roja

Toma corta


Pues sí señor, los Goya 2012 ya tienen dueños y dueñas, elegidos y votados por los miembros y miembras de la Academia de las artes y las ciencias cinematográficas de España.

He oído que el cine español, a pesar de lo que dicen las malas lenguas, ha recaudado en taquilla más de lo que recibió en subvenciones. Escuché como el Sr. Segura, D. Santiago, el de Torrente, entre bromas y veras, se quejó de que siendo su película la más taquillera, no hubiera recibido ni una mísera nominación. Y algo de razón tendrá el hombre, y más si tenemos en cuenta, que esto del cine, además de un arte, es, sobre todo, un negocio.

El hombre se vengó a su manera poniendo a escurrir al personal y lanzándole puyas y picas a las vacas sagradas de la cosa, mientras le dedicaban media y forzada sonrisa desde las primeras filas con cara de hacerles gracia.

También ví, de pasada, a la Sra. H, Dña. Eva, que, la verdad, entre los tacones y lo afilada que está, más parece Sra. I, haciendo de graciosa con regular éxito, aunque con su mérito, que eso de ser chistoso oficial y tener que demostrarlo de continuo, debe ser harto cansino.

Bueno, pues eso, que nuestros artistas se dejaron “flashear” por la alfombra roja, a tope de glamour, ropa lujosa y sonrisas “profidén”, se premiaron, se consolaron, se desahogaron, se miraron el ombligo y se fueron tan contentos unos y tan repuestos los demás. ¿Se fijó alguien en que Dña. Melania, Sra. de Banderas, en primera fila, no se enteraba de nada y miraba a su marido para saber cuando aplaudir? ¡Angelito!

El próximo año intentaré ver más rato de la Gala y así no me perderé momentos memorables como el del Sr. Segura reclamando un Goya, aunque su único mérito hubiera sido “Poner a trabajar a Paquirrín”. Que ya es.