miércoles, 18 de mayo de 2011

¡Ovni!

Ovni (como si lo fuera)
Siempre que he pasado bajo la Torre de Iluminación y Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid, -también llamado Faro de la Moncloa- con su restaurante giratorio pinchado en un palo como una aceituna rellena y que te encuentras en Madrid según entras por la carretera de la Coruña junto al Arco del Triunfo (o de la Victoria), me lo he imaginado iniciando una rotación vertiginosa sobre su eje y saliendo despedido hacia el espacio como una enorme peonza giratoria, o como un OVNI de las películas o de los de verdad.

Sí, de los de verdad, o ¿es que alguien duda a estas alturas de la existencia de vida inteligente allende nuestros confines estelares? Por lo menos en nuestro país, si hemos sido capaces durante siete años y lo que nos queda, de poner nuestro destino y nuestras haciendas en las manos de los que nos gobiernan con la esperanza de un futuro mejor, en un descomunal acto de fe, ¿dejaremos de creer en la existencia de los extraterrestres, del coco, del hombre del saco o de Antoñita la Fantástica?

¡Por favor!